lunes, 7 de mayo de 2007

CREACIÓN DE UN CIRCUITO CULTURAL DE LA ZONA CENTRAL DE VENEZUELA: UNA PROPUESTA PARA DISCUTIR







CREACIÓN DE UN CIRCUITO CULTURAL DE LA ZONA CENTRAL: UNA PROPUESTA PARA DISCUTIR



Nota: Esta propuesta ha sido elaborada por el Grupo de Incursiones Culturales y Científicas Li Po, y está dirigida a grupos y personalidades que consideramos pueden estar interesados en manifestar su adhesión. Se trata de un borrador y se presume que será leída en forma crítica, por lo tanto son bienvenidas las sugerencias de todo tipo. El mundo de las artes y de la ciencia vive una extraña paradoja: En nuestro país, frente una explosión sin precedentes de la actividad creativa en todas sus dimensiones, y a pesar del enorme apoyo institucional que brinda el Estado en sus distintos niveles para la promoción de los autores de aquélla, todavía no se ha logrado conquistar un público numeroso, constante y orgánico, sin el cual todas las actividades y esfuerzos antes mencionados carecen de sentido. Uno de los factores que determinan esta situación es, sin duda, la carencia de un marco espacial que, en el orden geográfico, permita desarrollar una estrategia de difusión de los distintos productos culturales en forma sistemática. Sin posibilidades de aproximación física entre los autores y su público potencial, resulta prácticamente imposible la retroalimentación necesaria para el auténtico desarrollo de la cultura, entendida ésta como proceso continuo y no, como hasta ahora generalmente lo ha sido, limitada a la mera exhibición de obras/cosas. Urge, entonces, emprender la creación y activación de los espacios destinados a recibir y acoger a ese público que hará posible que los "eventos" culturales devengan en actividades coherentes y constantes.




La situación imperante hasta los momentos requiere como condición de cambio, del concurso de todas las personas interesadas en que dicho cambio ocurra. Por ello, en Li Po proponemos articular en red a un conjunto de espacios –tanto físicos como virtuales- hoy día existentes, con un doble propósito: Por una parte, que dicha red sirva de encrucijada múltiple a los distintos niveles de encuentro entre el público y los autores; por la otra, actuar como mecanismo de vinculación solidaria entre las distintas personas, grupos e instituciones que integren el circuito, lo cual permitirá maximizar los recursos propios de cada uno y, a la vez, salir de esa especie de aislamiento en que nos encontramos todos. Tal pretensión puede parecer ambiciosa –quizás lo sea- pero esto es siempre preferible a la inacción.

El diagnóstico esbozado puede que sea inexacto y que omita algún factor importante: Asumimos el riesgo de un análisis, incompleto sí, mas no por ello menos honesto en sus intenciones y que la actividad cultural, insistimos, necesita de un público y si este no existe, entonces debe ser creado, lo cual no significa "fabricar gente", ni mucho menos condicionarla para que asista a determinadas actividades en desmedro de otras de su preferencia. De lo que se trata es de propiciar las condiciones físicas para la promoción de la obra de los autores, a la vez que de favorecer su vinculación con otros grupos, personas e instituciones. En otras palabras, armar un entramado humano e institucional que permita que la gente encuentre lo que busca y, en algunos casos, que comience a buscar.



En este sentido, proponemos la creación de un circuito cultural operante en la zona central del país, cuyos "nodos" principales sean las ciudades de Valencia, Maracay y Caracas, destinado a la realización de exposiciones, conferencias, bautizos de libros, proyección de películas, presentación de espectáculos teatrales y, en general, toda otra actividad creativa. Este circuito permitiría a sus integrantes poder realizar sus actividades en cualquiera de las tres ciudades mencionadas y contar con el apoyo técnico y humano de los demás miembros del circuito residentes en las otras ciudades: Cada integrante de este circuito se compromete, en la medida de sus posibilidades, a la reciprocidad, a la solidaridad y a la ayuda mutua.




El funcionamiento de este circuito cultural estaría basado en los siguientes puntos, que cada grupo, institución o personalidad interesada en pertenecer al mismo debería cumplir: (En adelante, cuando decimos "espacios" nos referimos no solo a una sala de conferencias, un teatro o un aula, sino también a las revistas o programas de radio o televisión pertenecientes a los miembros del circuito, o donde estos tengan influencia)Poner a disposición de los integrantes del circuito, de un segmento o porcentaje de sus espacios propios, o vinculados a ellos. Promover, desde cualquier espacio perteneciente al circuito las actividades o eventos de aquellos miembros que así lo soliciten, por medio de remitidos o notas de prensa, comentarios radiales o televisivos, así como también en listas de correo, páginas Web y otos soportes informáticos disponibles en Internet. Cooperar con la distribución efectiva de productos tales como libros, revistas, catálogos y otros que ayuden, promuevan y potencien desde cualquier espacio del circuito, las actividades de cualquier otro integrante y de cualquier otro espacio del circuito. Compartir los recursos propios, tales como proyectores, fotocopiadoras, computadoras, y en general, cualquier otro activo que se requiera para ayudar a la realización de los eventos y actividades de sus integrantes. Los cuatro puntos antes enumerados dan una idea aproximada del espíritu que pretendemos anime al circuito propuesto. Seguramente existen muchas otras ideas que pueden incorporarse en la misma línea de acción. Como base de su organización, el circuito propuesto tendría un coordinador en cada ciudad involucrada. Cada coordinador diseña y activa su propia logística y medios de promoción necesarios. Su única autoridad radica en el desempeño ejemplar e su tarea. Todo el trabajo es de carácter voluntario. Para ilustrar el funcionamiento del circuito, usaremos el ejemplo de un escritor que ha bautizado un libro en Valencia. Una vez presentada su obra al público, posiblemente acompañada de una conferencia, el circuito gestionaría la repetición de esta actividad en Maracay y Caracas, por lo que los integrantes del circuito radicados en ellas promoverán dicho evento, convocarán a sus públicos respectivos y facilitarán los recursos de que dispongan (contactos con la prensa, por ejemplo) para su desarrollo exitoso. Pudiera suceder que el acto inicial en la ciudad de Valencia, en este caso hipotético, se inaugure una exposición de pintura de un artista de Caracas, enriqueciéndose ambas actividades y sumando los públicos parciales, con la esperanza de que los mismos se vayan acercando a expresiones que tal vez no les eran afines.

El ejemplo anterior es una demostración casi insignificante de las posibilidades del circuito planteado: Estamos seguros de que el lector puede fácilmente imaginar escenarios donde las posibilidades de "creación de un público" se ejemplifican mejor de lo que aquí exponemos. Queda por aclarar un último punto: El circuito debe ser plural ya que la cultura, por propia definición lo es. Las consideraciones de adhesión deben estar enmarcadas dentro del respeto a las propuestas estéticas, a las idas políticas de los creadores y a toda otra consideración que merecemos los ciudadanos de una sociedad democrática. El público sabrá apreciar que quienes disienten en lo político, o quienes se enfrentan en sus concepciones artísticas, saben respetar el derechote ese público a escoger las actividades culturales en las que desean participar. Esta aclaración no pretende (ni tendría sentido hacerlo) excluir aquellas conferencias o debates de altura sobre temas políticos, religiosos, éticos o de cualquier otra naturaleza que toquen la sensibilidad del público y que por lo tanto, requieren del más respetuoso tratamiento. Esperamos por sus comentarios, y agradecemos el tiempo tomado en leer estas cuartillas.

 Li Po, Febrero de 2006


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